Que las cosas no son ni blancas ni negras, ni buenas ni malas, nunca es demasiado tarde, pero jamás encontraras el momento exacto. Que todo va y viene, que todos tenemos nuestros más y nuestros menos, que no hay persona más sabia que la que dijo eso de “carpe diem”. Que da igual lo que piensen los demás, que hay que ser egoísta para llegar lejos, que si puedes, lo haces. Que vivas cada milésima de segundo como a ti te parezca, puede que a la milésima después te arrepientas, pero lo echo hecho está, te jodes y a seguir. Que si conseguiste entrar puedes salir, que tan fácil has podido subir tan fácil te pueden hacer bajar. Que no te marque tu edad, que rompas las estadísticas, que las leyendas no nacen, se hacen.

Te quiero.  Podría repetirlo hasta que mis labios se sequen y las palabras dejen de tener sentido. Podría escribírtelo en alemán o en chino, al revés, con letras rojas o con tinta invisible. Podría tatuármelo en la frente, para que lo vieras cada vez que me miraras. Podría hacer que un avión lo escribiese en el cielo, como en las películas, o que apareciese en el marcador, en el medio de un partido. Pero no me gustan los aviones ni los partidos, ni se hablar chino ni alemán , me dan miedo las agujas y nunca supe encontrar tinta invisible. Solo me queda decírtelo. Te quiero, ¿lo sabías?

Y ver la vida de mil maneras
distintas , que hay mil 
historias resueltas y sin 
resolver , mil locuras perdidas
por un camino que nunca has 
llegado a terminar en un 
encuentro sin despedida. 

Todos nos hemos preguntado alguna vez como podríamos conseguir a esa persona especial, a esa persona en la que piensas antes de dormirte y cuando te levantas, a esa persona con la que te ríes aunque diga una gilipollez, a esa persona que cuando se preocupa por ti, eres la más feliz del mundo, puede que esa persona viva a 10000 metros, puede que esté a 700 metros o puede que hayas estado tan ciego que desde el principio has tenido una persona a tu lado, una persona con la que te sientes bien , a la que quieres como a nadie más, y a la que nunca esperabas que ibas a querer de esa forma.

Me arriesgo a probar, me prometo no fallar. Me arriesgo a quererte, a pensarte pero solo como alguien más socialmente, prometo no defraudarme y nunca jamás enamorarme fácilmente.
Me arriesgo a quererte, pero no lo suficiente como para ser tu cadete. Prometo que será un experimento para ver como están mis sentimientos, sé cuando el tiempo tendrá que detenerse, porque para mí eso ya no será convincente.
Miraré hacia el costado cuando tenga que ser, no me caeré. Te querré en mi soledad, y te odiare en mi mente, solo así sabré que hoy aun así estas presente.

A veces sentimos que estamos bien, que todo marcha correctamente, que nada se sale de la normalidad, pero nos falta algo...

Andamos, estudiamos, reímos, nos metemos en Internet, leemos...

Nuestro día a día se convierte en monótono; no hay nada especial que sobresalga. Y, a veces, un simple detalle, una caricia, una llamada, una canción, alguna de sus tonterías , un te quiero hacen que nuestro mundo valga la pena. A veces, algo tan simple y tan sencillo puede sacarnos una sonrisa sincera, una sensación de alegría, una sensación de bienestar...