-Pero, ¿todavía la quieres?
-Si.
-¿Y no será que te has acostumbrado a quererla?
-No lo sé, puede. Es extraño, cuando no la veo estoy bien. No pienso en ella, no soy consciente de que existe. Pero cuando la veo... Ah, cuando la veo es tan distinto... Tengo ganas de quererla, besarla, Es el efecto que tiene sobre mi.
-¿Y ella lo sabe?
-Pues probablemente, pero quien sabe. Para estas cosas es un poco rara. Como todas.
-Pues si, ja ja ja. ¿Y no has pensado en hacer algo?
-Cuando la veo pienso en empujarla contra una pared y decirle que no me voy a ir de allí hasta que acepte que me quiere, pero no serviría mucho.
-¿Y no te gustaría salir con otras?
-Ni de coña, ya te he dicho que la quiero